Brisas

La aventurada naturaleza deleita a un ritmo de hermoso sueño,

Se atraviesa como cálida sinfonía durmiente en tan anémico bosque desdeñoso,

Eres tú diosa de mi vista que amenaza con quedarse sumida en mi mente

Que reposa en la conciencia y que baila a la par de mi corazón desecho.

Sueño en tu baile y respiro imitando tu gracia de inimaginable complejidad,

Te encuentro bienaventurada y santa, tú que has sido la inspiración de mis tristezas,

Más aun de mi nostalgia, que siempre trata de arrebatar tu hermosura, pero sin poder alcanzar tu más íntima alma beata.

Tú te me apareciste, te descubriste cuando eras invisible a mis ancianos ojos comunes.

Te vi y tú te agraciaste, y yo me deleité.

Te hice un altar donde reposa mi corazón que palpita en una fuerte y constante afloración

Ahí te logro entender, y tú te complaces,

Puedo verte tan ondulada en consonancia a la ternura de tus pétalos encendidos,

Que se asemejan al sol glorioso de la tarde, que penetra una enorme parte de mi espíritu y logra consumir todo pesar,

¡Eso eres tú!

 Que logra revivir la inspiración desvalida,

Aun cuando me veo recostado y con los ojos cerrados; en un estado tan puro de  quietud y reposo,

Que imita a un descanso eterno, a uno triste y apacible.

¿Pero cuánto tiempo podría durar reclinado en tus piernas? Te adoraría, así te amaría,

Me quedaría hasta que el mundo dejaras de ser tú.

Cultura general, sucesos internacionales, datos inecesarios y un poco de poesía.

Deja un comentario