Me duele una muela.

No hay nada mas lapidante que un dolor de muelas.

Ya pasaron meses desde que este martirio comenzó y no hay nada más que me llame la atención que el dolor y la incomodidad que causa. Nunca pensé que algo tan pequeño engendrara tanto pesar y angustia, ahora caigo en cuenta de lo infantil que era mi vida antes de que esta tortura apareciera. Juro que más nunca dejaré de valorar la paz y la serenidad que da no tener dolor de muelas, y por mucho seré el hombre más feliz de este planeta.

Hay muchas cosas que me hacen reflexionar sobre la condición humana (condición que nos oportuna siempre una sorpresa) estamos atrapados en esta carne y vísceras por mero capricho del destino, y un dolor de muelas, por ejemplo, es claro ejemplo del porqué estamos atados al devenir de las causalidades. Siempre en movimiento y siempre a la expectativa, va nadando en un mar de posibilidades todo y cuanto sea probable, en lo que por supuesto entre esas posibilidades se encuentra el dolor de muelas.

Se nos aparece de imprevisto como un regalo, y quedamos decepcionados de la vida.

La solución a este problema siempre será, pues, la más obvia; visitar un odontólogo. Y está en lo cierto, pero eso amerita un tiempo para acordar una cita y las horas pasa, los minutos pasan, los segundos pasan y el dolor no pasa por que no hay alivio inmediato. Mi primera vía de escape a este martirio es dormir, pero ya es imposible en esta condición angustiosa, por lo que la segunda es escribir sobre este nauseabundo dolor que muchos de nosotros experimentamos. ¿Para qué escribir sobre el dolor? La pregunta no es nada obvia y totalmente valida, pero a su vez es muy sencilla la respuesta. Expresar la aflicción.

Los bebes cuando nacen, su primera forma de expresarse es el llanto.

Las muelas como mínimo tienes tres nervios, tres razones suficientes para desenmascarar la vida y creer que todo intento de ser feliz en este mundo es tarea fallida. Soy un pesimista, pero de los que sabe que se puede lograr como mucho una tranquilidad duradera en esta vida, y el primer obstáculo para dicho propósito son las cordales. Pero aquí seguiré, trataré de dormir luego de editar este post y corregir los errores ortográficos, semánticos y gramaticales que el dolor de muelas me hizo cometer, sé que no será fácil, pero pretendo solapar todo el sufrimiento con otro igual o peor: El dolor de una patada en las bolas.

Cultura general, sucesos internacionales, datos inecesarios y un poco de poesía.

2 comentarios en «Me duele una muela.»

  1. Te entiendo, me suele suceder unas cuantas veces al año, mi recomendación casera es, adormece tu boca llenándola de Ron, no es necesario que la ingieras, también puede funcionar ponerte hielo para baja la hinchazón, otra puedes masticar clavitos de olor, si quieres medicas, pues, algo para el dolor y un antibiótico me parece la mejor solución y lo que mejor me ha funcionado.

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